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Hacer política industrial: Una mirada a las líneas de actuación del Ministerio de Industria, Comerci



INTRODUCCIÓN


En la actualidad existe un amplio consenso en que un sector industrial competitivo es fundamental para el conjunto de la economía y de la prosperidad de un país. En el marco de la Estrategia Europa 2020, se reafirma que la política industrial, es y deberá ser un de las prioridades estratégicas y, si Europa quiere seguir ocupando un papel destacado en la economía mundial, su industria debe situarse en primer plano.


La incidencia en la economía real del sector industrial se traduce en su peso en el PIB o en el empleo. En el peso que la industria tiene en el desarrollo de capacidades, en la innovación, en el diseño, en el desarrollo de nuevos productos, en las exportaciones de un país y los beneficios que la industria genera en otras actividades empresariales o servicios que la rodean. O, si lo vemos desde su no existencia, los efectos tan negativos que se generan en el entorno local y nacional cuando desaparece una instalación productiva, puesto que no desaparecen únicamente empleos, se produce una ruptura en la cadena de valor que es muy difícil de reconstruir.


La actividad industrial genera riqueza, es decir tributación y cotizaciones sociales necesarias para el sostenimiento del estado del bienestar. La industria es, por tanto, un eje clave de la economía española, debe ser, por tanto un factor de desarrollo fundamental en los próximos años pues tiene un valor actual y a futuro: en la actualidad representa un 14,4% del PIB (un 3,7% más si incluimos el sector energético), revelándose como un elemento dinamizador básico de la economía con un importante peso en ella y en el empleo pues genera el 14,1% de número de empleados: más de 2 millones de empleos cualificados donde las tasas de temporalidad son relativamente bajas. Cabe recordar que es en el ámbito industrial donde se aplica el conocimiento y la innovación y dónde se produce la mayor inversión en medio ambiente sin olvidar que es la tractora de los servicios de valor añadido


En este análisis, no hay que perder de vista el peso de la PYME en el sector industrial, las PYME industriales manufactureras alcanzan la cifra de 166.182 empresas (99.50%) que cuentan con 1.283.020 trabajadores (69,17%) y una cifra de negocios de 224.249.886 (48,11%)


LOS RETOS DE LA POLÍTICA INDUSTRIAL Y PYME


La industria está siendo decisiva en el proceso de recuperación de nuestro país y aún tiene margen de maniobra para que en los próximos años se convierta en uno de los motores de nuestra economía aportando soluciones a los principales retos que afrontamos como país.


Por ello, la industria debe estar en el centro de la acción política, una política industrial activa que transforme nuestro modelo productivo con el fin de hacer frente a los retos que a corto y medio plazo se nos plantean. Eso supondrá seguir apostando por los sectores industriales más tradicionales al mismo tiempo que se fomenta la transformación de nuestro tejido empresarial para adaptarlo a un nuevo contexto donde la irrupción de la digitalización y la creciente competencia internacional tienen un papel relevante.


No se puede obviar el hecho de que la digitalización sea un nuevo factor de competitividad decisivo primando, incluso, por encima de los tradicionales factores de competitividad industrial: financiación, innovación, costes de los factores (logísticos, energéticos, laborales), etc.


El reto pasa, además, por que la economía española y la europea sean más respetuosas con el medio ambiente y que se avance hacia una economía baja en carbono que garantice una energía asequible a todos. La industria no puede ser ajena al concepto de “economía circular” como un modo de producción, gestión y consumo, sostenible e integrador, que tiene en cuenta todo el ciclo de vida del producto, desde su fabricación hasta la gestión de sus residuos; y que busca reducir el consumo de recursos naturales en la producción y facilitar la reutilización y el reciclaje de los residuos. Tenemos que procurar una transición justa de una industria de modelo lineal a un modelo circular, dejando atrás un modelo basado en el empleo intensivo de los recursos naturales, que tras ser transformados dentro de la cadena de producción e incorporados a la cadena de consumo se convertían en residuos que hay que depositar en algún sitio.


Para encarar estos desafíos hay que tener en cuenta la relevancia de la PYME en el tejido económico y social lo que implica que cualquier política orientada a la mejora de nuestro país en el entorno económico global, ha de considerar de forma prioritaria a las PYME en cuatro ámbitos fundamentalmente: Emprendimiento, innovación y digitalización, marco regulatorio y la financiación


LAS LÍNEAS DE ACTUACIÓN


Hacer política industrial activa desde el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo supone actuar desde diversos ámbitos con reflejo presupuestario o legislativo.


Al trazar las líneas estratégicas de política industrial, en todo momento se llevan a cabo actuaciones de apoyo al sector, debemos ser capaces de defender a la industria en otras áreas ministeriales cuya labor incide directamente en el sector industrial. La acción del Ministerio es transversal: las decisiones que se toman en diversas áreas de las Administraciones tienen efectos destacados sobre la competitividad de nuestras empresas y por tanto sobre la industria y la política industrial; y por otro lado, es vertical, es decir, es necesario que las Administraciones se coordinen y complementen en la ejecución de las medidas de política industrial. Por eso es fundamental trabajar con otros departamentos en la definición de políticas que inciden directamente en la industria tales como el cambio climático, economía circular y movilidad sostenible


Una labor fundamental en el ámbito industrial es el ejercicio de la potestad reguladora del ministerio que le lleva a desarrollar una legislación y desarrollo normativo en materia de calidad industrial. Se persigue dotar a las empresas de estándares técnicos que favorezcan su competitividad y seguridad industrial a través de un marco regulatorio que permita el desarrollo de productos y actividades con garantías de seguridad; garantizando, a su vez, la protección del medio ambiente. Esta legislación proporciona seguridad jurídica a los diferentes agentes económicos y de la sociedad.


Se llevan a cabo actuaciones con dotación presupuestaria sea para apoyar el crecimiento desde su vertiente industrial o de la PYME.


Dentro de las medidas para fomentar el crecimiento económico a través de su componente industrial, contamos con instrumentos que se han consolidado en el tiempo como el Programa de Apoyo a la Inversión Industrial que, con un doble enfoque, busca reindustrializar y relocalizar el territorio y por otro apoyar aquellos proyectos industriales dirigidos a dotar de mayor competitividad a las empresas industriales. Un programa en el que se ha fortalecido el grado de cooperación con las CCAA en la gestión y diseño del programa y en la búsqueda de criterios que permitan que cualquier proyecto viable e innovador, en cualquier parte del territorio nacional, quede cubierto.


Este programa apoya, la creación, ampliación o traslado de establecimientos industriales, y los planes de mejora empresariales sustentados en diversos factores de competitividad, se aplica en todo el territorio nacional y para todos los sectores manufactureros, atendiendo igualmente los procesos encaminados a la introducción de las nuevas tecnologías en las cadenas de valor de las empresas. Esto permite que se focalicen los apoyos en aquellas empresas que incorporen tecnologías avanzadas en sus productos y procesos, que generen empleo cualificado con la mayor aportación posible de valor añadido y, en definitiva, contribuyan a aumentar nuestra base exportadora mejorando la presencia de productos industriales españoles en otros mercados.


Junto al programa general de apoyo a la industrialización es necesario dar respuesta a los nuevos desafíos. La digitalización se ha convertido en una palanca fundamental para la competitividad futura de la industria. Primero, por el papel que tiene la industria para incorporar nuevas tecnologías y por su efecto arrastre sobre toda la economía, que lleva a asociar crecimiento con industrialización. Segundo, porque la digitalización permite afrontar cada uno de los retos competitivos de las empresas y especialmente de las PYME.


La Estrategia Industria Conectada 4.0 que desarrollamos en el Ministerio define tres objetivos muy claros y, a la vez, ambiciosos:

  1. Incrementar el valor añadido industrial y el empleo cualificado en el sector,

  2. Favorecer un modelo industrial para la industria española, que potencie los sectores de futuro y aumente su potencial de crecimiento,

  3. Desarrollar palancas competitivas diferenciales para favorecer a la industria española e impulsar sus exportaciones.

Es una estrategia integral que trata todos los ámbitos del obligado proceso de transformación digital de nuestra industria que coloca a la empresa en el centro de su concepción y desarrollo.


En este sentido, el programa de financiación para actuaciones de transformación digital de la industria (industria conectada 4.0) tiene como objetivo articular las medidas que permitan que el tejido industrial español se beneficie del uso intensivo de las tecnologías de la información y de las comunicaciones en sus procesos productivos y en todos los ámbitos de su actividad. Con ella se pretende facilitar la transformación digital de nuestra industria, permitiendo la financiación de actuaciones de transformación digital de la industria, incrementar el valor añadido industrial y el empleo cualificado en el sector industrial, así como a favorecer el modelo industrial de futuro para la industria española.


Es necesario subrayar que la sostenibilidad no es ajeno a la política industrial, a parte de la cooperación entre las administraciones en la elaboración de los planes de economía circular y de cambio climático para realizar una transición justa hacia un cambio de modelo. Desde el Ministerio y con apoyo en los presupuestos Generales del Estado, se realizan actuaciones concretas para apoyar a las empresas con un consumo electro intensivo a través del programa de Compensación de costes indirectos. El Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de Gases de Efecto Invernadero (RCDE) es una actuación que incide en uno de los vectores de competitividad irrenunciables: la sostenibilidad energética y medioambiental. Este programa de ayudas se creó para compensar costes indirectos imputables a las emisiones de gases de efecto invernadero repercutidos en los precios de la electricidad, cuyo fin es dar la adecuada respuesta a los sectores e instalaciones en riesgo de deslocalización por el efecto llamado “fuga de carbono”.


Asimismo, se sigue apoyando la movilidad sostenible a través del programa MOVEA que fomenta la movilidad sostenible y el uso de energías alternativas como la eléctrica, el gas. En el marco de la Estrategia de Impulso del Vehículo con Energías Alternativas, se va a dar continuidad a los planes existentes coordinando las ayudas para conseguir la mayor eficiencia en la ejecución de los presupuestos y el cumplimiento de los compromisos europeos adquiridos para la implantación de los vehículos de energías alternativas


Junto a estas medidas para fomentar el crecimiento industrial desde el Ministerio buscamos apoyar, además, el crecimiento y fortalecimiento de la PYME.


Es necesario realizar una política específica centrada en las PYME por varias razones:


  1. Por el indudable peso de la PYME en la economía española e importancia que tiene en la economía global.

  2. Por las limitaciones debidas a su tamaño.

  3. Por fallos de mercado: Los mercados privados no son eficientes a la hora de garantizar los recursos que demandan las PYME:

Es fundamental trabajar en cuatro ámbitos principales:


1- Emprendimiento, que no sólo constituye una solución de empleabilidad y una fuente de empleo, sino que es un factor clave en la generación de potencial de crecimiento del sistema productivo. Es necesario facilitar la creación de empresas, con servicios a emprendedores de ventanilla única, desarrollando un ecosistema de apoyo al emprendedor.


En este sentido, somos pioneros en la creación de un sistema telemático de creación de empresas: El Centro de Información y Red de Creación de Empresas (CIRCE) es un sistema de información que permite realizar de forma telemática, los trámites de constitución y puesta en marcha de sociedades mercantiles en España; que se complementa con una red de Puntos de Atención al emprendedor (más de tres mil en todo el territorio nacional), que se encargan de facilitar la creación de nuevas empresas, el inicio efectivo de su actividad y su desarrollo a través de la prestación de servicios de información, tramitación de documentación, asesoramiento, formación y apoyo a la financiación empresarial.


2- Innovación y digitalización. El crecimiento y la maduración de un proyecto empresarial, entendidos como su avance en la senda de la competitividad, dependen cada vez más de la adopción de estrategias de innovación. Afrontar el reto de la digitalización no es algo opcional para las PYME que son las más rezagadas, se ha convertido en un imperativo para no verse desplazadas del mercado. Ello implica un esfuerzo colectivo ya que el reto es múltiple: normativo, financiero, formativo y de atracción y gestión del talento. Se han desarrollado dos herramientas HADA (herramienta de autodiagnóstico del grado de digitalización de la empresa) y ACTIVA (asesoramiento para la implantación de habilitadores digitales) con las que se pretende que alcancen el grado de digitalización necesario para afrontar el futuro.


3- Marco regulatorio. En aras de lograr el buen funcionamiento de los mercados y para que las PYME puedan desarrollar su actividad de manera eficiente y que se encuentren con un entorno en el que puedan crecer, es necesario establecer un marco regulador con un elevado grado de calidad que garantice: la seguridad jurídica, la unidad de mercado, la defensa de la competencia y la simplificación administrativa.


Para abordar con éxito estos retos es necesario que las PYME ganen dimensión sin que existan umbrales desincentivadores y que sus gestores se profesionalicen, lo que debe permitirles obtener las ventajas derivadas de una mayor escala: mejor acceso al crédito, mayor inversión en I+D y capacidad de proyección a otros mercados.


Para ello desde el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo desarrollamos un programa de crecimiento empresarial Y un Programa de Agrupaciones Empresariales Innovadoras (AEI)


4- La financiación es esencial para que las compañías se adapten a los retos tecnológicos, incrementen su productividad, afronten el desarrollo de nuevos productos y se abran a los mercados internacionales al tiempo que generan crecimiento y empleo.


Es necesario trabajar en proporcionar a la PYME instrumentos financieros alternativos de manera que le permita diversificar sus fuentes de financiación, y elegir aquellas que mejor se adapten a sus necesidades y su ciclo de vida.

  • La empresa nacional de Innovación- ENISA- proporciona a la PYME instrumentos financieros que permitan reforzar sus estructuras empresariales en todas las etapas de su desarrollo empresarial a través de los préstamos participativos. Además, potencia el mercado de capital riesgo como vía de financiación de las pymes, implementando mecanismos que faciliten su desarrollo y el acceso de nuevos inversores a los fondos existentes.

  • La Compañía Española de Reafianzamiento- CERSA- refuerza el sistema de garantías a través de la actividad de CERSA, reavalando las garantías ofrecidas por las 20 SGR españolas. Ofrece un importante efecto multiplicador de los recursos aplicados y es eficiente para la canalización de recursos públicos. Combina, además, los recursos y esfuerzos privados y públicos y procedentes del Estado, Comisión Europea (acuerdo CERSA-FEI) y las CC.AA.


CONCLUSIÓN


Estamos en estos momentos revisando el marco estratégico 2030 para atender a las prioridades de digitalización y descarbonización de la economía y del conjunto de la industria y alinear este marco con el plan de acción para la implementación de la Agenda 2030.


Tiene como objetivo identificar los retos a los que se enfrenta nuestro sector industrial, y definir un conjunto de palancas competitivas y líneas de actuación que contribuyan a la mejora de la competitividad para, en última instancia, aumentar la calidad del empleo y la participación de la industria en el PIB.


De forma paralela, se está trabajando en la presentación de las Agendas Sectoriales pendientes, que se están elaborando para cada uno de los principales sectores industriales de nuestro país. Las Agendas se convierten así en los planes de acción sectorial que instrumentan este Marco Estratégico dando lugar a espacios de diálogo entre la industria, los ministerios implicados y los agentes sociales. Hasta ahora han presentado sus hojas de ruta automoción, papel, aeronáutico, cemento y próximamente lo harán el químico o el sector farmacéutico entre otros.


Finalmente, todas estas medidas se quieren enmarcar en un pacto con vocación de permanencia: un pacto por la industria del siglo XXI; un pacto que nos permita abordar las prioridades que tiene la industria española en estos momentos y que es imprescindible para no quedar rezagados.



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