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  • IIE - Defensa

Crónica de la Jornada del 25 de febrero de 2014. El IIE recuerda la figura de Blas de Lezo, artífice



El Comité de Tecnologías de la Defensa del Instituto de la Ingeniería de España se sumó el martes a los homenajes que se están celebrando para recuperar la memoria del insigne marino militar Blas de Lezo, múltiples veces mutilado, lo que le valió el sobrenombre de Mediohombre. En los últimos años se han publicado once libros sobre él.


Enrique Rodríguez Fagúndez, presidente del Comité, presentó a Manuel Fernández Cánovas, militar, ingeniero de Construcción, catedrático emérito de la Universidad Politécnica de Madrid, y miembro de la Academia Malagueña de Ciencias, así como del Círculo Marítimo de Málaga. Y, sobre todo, “aficionado a la historia, que no historiador”, como él mismo resaltó.


Fernández Cánovas repasó la vida y obra de Blas de Lezo y, en menor medida, de su némesis, Edward Vernon, que tuvieron como contexto la primera mitad del siglo XVIII, con la guerra más o menos explícita entre España e Inglaterra de fondo.


El malestar creado por el testamento firmado por Carlos II, en el que deja heredero al trono de España a Felipe de Anjou, también heredero a la Corona de Francia, da lugar a la Guerra de Sucesión española. La tensión creada por el resto de potencias europeas, sobre todo Inglaterra, contra España y Francia, por temor a un imperio franco-español, hace que en 1702 declaren una guerra que se fue extendiendo hasta convertirse en la primera guerra europea.


Consecuencia de esto es la toma de Gibraltar por una flota anglo-holandesa y la batalla en la que esta flota se enfrenta, en 1704, a una similar, franco-española, frente a la costa de Vélez-Málaga. En esa batalla intervienen el guardiamarina español de 15 años de edad Blas de Lezo y el teniente inglés Edward Vernon, de 20. Este sería el primer encuentro bélico de estos dos personajes, que volverían a verse las caras décadas después, en Cartagena de Indias.


Retrato de Blas de Lezo, en el Museo Naval de Madrid. Fuente: Wikipedia.


Vidas paralelas



La batalla de Vélez-Málaga termina “en tablas”, resumió el conferenciante. Pero no tanto para Lezo, que pierde su pierna izquierda por el impacto de una bala de cañón. Se le ofrece ser asistente de cámara de la Corte de Felipe V, pero él prefiere seguir en combate, y es ascendido a alférez de Bajel de Alto Bordo.


En 1713 el Tratado de Utrecht pone fin a la guerra, reconociendo a Felipe V como rey de España, a cambio de que renuncie al trono de Francia y algunas concesiones más, tanto territoriales como económicas. España pierde el monopolio comercial con las colonias de las Indias.


En un principio Inglaterra cumple con los límites comerciales acordados, tanto en número de barcos como en su tamaño, pero luego empieza a saltárselos. España, a falta de ejército suficiente, tiene que recurrir a comerciantes para que combatan a los piratas ingleses. El capitán de navío Juan León Fandiño apresa en 1731 un barco corsario comandado por Robert Jenkins, al que corta una oreja, al tiempo que le dice, según el testimonio del inglés: “Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve.”


Inglaterra declara la guerra a España en 1739. En su comparecencia ante la Cámara de los Lores, Jenkins denuncia el caso con la oreja en la mano, de ahí que los ingleses conozcan el conflicto como Guerra de la oreja de Jenkins.


Mientras, nuestros protagonistas habían desarrollado sus carreras profesionales. Vernon, de familia adinerada, después de combatir en el Mediterráneo entra en el Parlamento inglés, como una especie de asesor en temas navales. En paralelo, vuelve a salir a la mar, aunque termina por volver al Parlamento, ante el “estupor” de sus camaradas marinos “que no ven con buenos ojos tanta política”, explicó el conferenciante.


Con el inicio de la guerra en las Indias, le ordenan destruir asentamientos españoles en la zona, cosa que consigue en el puerto panameño de Portobelo.


Por su parte, Blas de Lezo, nacido en Pasajes (Guipúzcoa), no dejó la mar en todos esos años, ascendiendo paulatinamente en el escalafón. Participa en el socorro a Peñíscola y Palermo, por ejemplo. Posteriormente se le destaca a la fortaleza de Santa Catalina de Tolón, donde toma contacto con la defensa desde tierra firme en combate contra las tropas del príncipe Eugenio de Saboya. En esta acción, una esquirla se le aloja en el ojo izquierdo, que explota en el acto, perdiendo así para siempre la vista del m