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  • IIE - Comunicación

25/02/2019. Comunicación Corporativa y Redes Sociales - C. Comunicación y Divulgación.



El pasado 25 de febrero el Comité de Comunicación y Divulgación del Instituto de la Ingeniería de España organizó la jornada “Comunicación Corporativa y Redes Sociales”, presidió la jornada el presidente del Comité de Comunicación D. Francisco Cal Pardo, encargado de presentar la jornada y a los ponentes que en ella intervinieron, D. Joaquín Danvila, Director Comercial y de Marketing del Centro de Estudios Financieros (CEF).y de la Universidad a distancia de Madrid (UDIMA). Profesor de Marketing y Comercial, miembro del equipo docente del C.E.F.-UDIMA adscrito al área de marketing, ventas y comunicación. D. Luis Miguel Belda, Director de Comunicación del Grupo C.E.F.-UDIMA, miembro del equipo docente del C.E.F.-UDIMA adscrito al área de marketing, ventas y comunicación y Dª. Marlen Fernández Quirós. Periodista de RTVE y fundadora de Boulevard Chanel.


Comenzó la jornada hablando el señor Danvila con la ponencia “La importancia de las redes sociales para comunicar en la era digital”. Actualmente nos encontramos en un mundo digital, y la importancia de este es total, debido a la velocidad a la que evoluciona y cambia todo, hace unos año Facebook parecía lo más innovador, actualmente los jóvenes lo ven como la red social de personas mayores. Por lo tanto debemos saber aplicar la velocidad del cambio a nosotros mismos, “renovarse o morir”. El mensaje, el canal, el entorno y la forma de adquirir los conocimientos se han transformado, por lo tanto debemos adaptarnos para conseguir que nuestro mensaje llegue a nuestro target nuevos e innovadores métodos. Tal es así que YouTube es el primer motor de búsqueda en los menores de 24 años, por lo que es de obligada necesidad empezar a comunicar mediante vídeos colgados en esta plataforma.


Cuando el canal cambia, el estilo no puede ser el mismo, debe evolucionar para adaptarse al nuevo canal. Ya no vale con decir las cosas, hay que seguir una serie de “normas” o directrices (palabras clave, hora de la publicación, links dentro de las páginas, los hashtags, fotos…) para conseguir que el mensaje sea aceptado y difundido. Lo importante del mensaje es el objetivo saber dónde y cómo poner el mensaje para alcanzar nuestro público objetivo. El primer objetivo es el alcance, dicho alcance se obtiene mediante algoritmos, que según tengan mayor o menor interacción (me gusta, comentarios y compartidos) obtendrán un mejor posicionamiento y por lo tanto un mayor alcance, no vale solo con publicarlo. El segundo objetivo es la segmentación, conocer el público al que queremos dirigirnos para focalizar nuestro mensaje de una manera eficaz y así obtener una mayor interactividad. No queremos que el mensaje lo vea un millón de personas aleatorias, queremos que el mensaje lo vean las personas para quienes van dirigidos.


Debemos conseguir viralizar nuestro mensaje en el entorno en el que lo dirigimos, y conseguir la interactuación en ese mensaje, dependiendo de las mismas, tendrá más o menos repercusión siendo en “like” multiplica por 3 el ámbito de actuación, el comentario lo hace por 5, compartirlo por 9 y si interactúas de todas las formas posibles lo multiplica por 15 el ámbito de actuación. Para acabar la ponencia sobre la actuación de las redes sociales, puso un ejemplo propio en el que lanzó un mensaje “mal configurado” a una hora de poca actividad del día, ese mensaje llegó a 40 personas (de los 7000 seguidores que tiene), al día siguiente configuró el mismo mensaje atendiendo a las “normas” establecidas y lo lanzó en una hora de bastante actividad, el mensaje lo vieron más de 8000 personas siendo “el mismo mensaje”. Debemos seguir y medir las estadísticas de nuestras R.R.S.S. y en función de los resultados actuar.


Prosiguió con la jornada el señor Belda con la ponencia “La reputación como referente del mensaje público”. Somos una fuente de conocimiento y tenemos que saber qué es lo que queremos transmitir y cómo hacerlo. La forma de comunicarnos ha cambiado, no sólo a nivel personal, a nivel institucional, empresarial y en el ámbito de la educación. Poniendo como ejemplo el “Caso Julen”, la comunicación fue magnífica, realizando el ingeniero jefe de la operación y, a la vez, portavoz de la misma, dos intervenciones diarias, una matutina y otra nocturna, de una forma clara, sin tecnicismos, precisa y transparente, sobreponiéndose a preguntas delicadas, pero dando una respuesta acertada siempre en cada caso.


La comunicación debe ser responsable y verdadera, para ello debe basarse en la Transparencia, Identidad y Comportamiento. Para ello las empresas deben tener equipos dotados de periodistas, que serán los encargados de transmitir de una forma coherente y fiable la información sobre nuestra empresa que queramos transmitir a nuestros “stakeholders”. Prueba de que las empresas e instituciones confían su comunicación a profesionales periodistas es que casi la mitad de los graduados en Periodismo anualmente acaban integrando hoy por hoy las plantillas de los departamentos de comunicación de aquellas. Incidió en la necesidad de distinguir entre comunicación periodística y publicidad, ya que aunque sean áreas complementarias, en la forma son diferentes; la publicidad busca eslóganes, el periodismo busca titulares. Reiterando las palabras del ponente anterior, el mundo real ahora es Internet, tenemos que hablar ahí, si no estamos en la web 2.0 es igual que si no existiéramos.


Para finalizar mostró dos ejemplos de cómo la mala comunicación puede afectar negativamente a la reputación, a pesar de que el objetivo principal fuera bueno. En primer lugar puso el caso de Mónica Oriol, quien siendo presidenta del Círculo de Empresarios, afirmó: “Prefiero contratar a mujeres mayores de 45 años o con edades inferiores a 25 años para evitar embarazos”. Lo dijo en una entrevista radiofónica, no en nombre propio, sino como denuncia de lo que muchos piensan que es lo normal. Aunque lo aclaró a posteriori, aquello fue una prueba de que se comunicó mal. El segundo ejemplo fueron Facebook y Apple que ofrecieron a sus empleadas la posibilidad de congelar óvulos para retrasar la maternidad y que pudieran desarrollar sus carreras en dichas empresas; la idea per se podría ser objeto de discusión, pero lo que la sociedad percibió es que ambas compañías coartaban la libertad de ser madres de sus empleadas.


Por tanto, la confianza y la reputación, tanto de las empresas, instituciones y las personas, debe ser máxima, sin embargo las nuevas generaciones desafían estas medidas debido a la influencia de las redes sociales, la gente sólo ve y escucha aquello que quiere oír (efecto burbuja), por ello la estrategia a seguir debe estar compuesta por la estrategia tanto de la dirección de la empresa como de la comunicación de la misma, actuando de forma conjunta. De igual modo, la comunicación interna debe ser fundamental y fluida, para promover de forma correcta el mensaje de cara al público; si dentro de tu empresa no te entienden, no esperes que lo hagan fuera.


Para concluir la jornada la señorita Fernández hablo de “La crisis de la comunicación” todos los cambios producen crisis, y las R.R.S.S. han creado un pequeño caos: las noticias, los titulares exaltados, los clickbaits, bulos, fake news… han creado una desinformación generalizada en Internet. Con la aparición de las redes sociales “ahora todo el mundo es” periodista, escritor, fotógrafo o experto en diversos temas…en esa desinformación los profesionales tienen que ignorar los datos y perfiles falsos, los memes, los trolls, con el exceso y saturación de información nos volvemos más incultos, lo que favorece aún más la expansión de las noticias falsas y las mentiras. La tecnología debe ir de la mano de la cultura, no intentar destruirla ni manipularla, debemos tener mucho cuidado con lo que publicamos en las redes sociales y en Internet, una vez se entra, no hay marcha atrás.


Con esto no debemos tener miedo o renegar de las redes sociales, pero sí intentar certificar y verificar la autenticidad de la información que nos llega, no caer en un círculo de retroalimentación o efecto burbuja que como ya hemos visto simplemente sesga a voluntad parte de la información. Es decir, si a mí no me gusta un partido político o un equipo de fútbol, normalmente las cuentas y/o seguidores que tengan tendrán un nexo común hacia dicho elemento, esto es lo que debemos evitar ya que solo muestra una parte, generalmente manipulada, de la realidad. Las redes sociales son un arma de doble filo, pero si hay transparencia, buena intención y si quieren realizar de la forma correcta, no son más ni menos que relaciones humanas, detrás de cada perfil hay una persona, por lo que educación y el respeto deben primar, aunque por desgracia no sea así. Por suerte las redes sociales no son sólo un lugar para el bulling, sino un lugar de denuncia y protesta para estos mismos casos de abusos e injusticias, como toda herramienta, como un cuchillo, se puede utilizar de forma útil (cortar un trozo de pan) o de forma negativa (apuñalar a alguien).


Para concluir quiso remarcar que el periodismo no debe ser sustituido por rumores ni redes sociales que no estén contrastados por la realidad, no debemos dejarnos llevar por el pánico rápidamente sin antes verificar la autenticidad de dicha información.




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