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Elementos para un pacto por el agua

El Instituto de la Ingeniería de España quiere celebrar el día mundial del agua, 22-03-2023, emitiendo el siguiente manifiesto sobre el agua



El agua es fuente y soporte de vida, por lo que la Directiva Marco del Agua establece, entre sus objetivos, el de promover un uso sostenible del agua basado en la protección, a largo plazo, de los recursos hídricos disponibles. El uso prioritario es el abastecimiento a la población. En el caso de empleo del agua para regadíos y usos agrarios, su fin último es el de bastecimiento de alimentos a la población, por lo que sigue en orden de prioridad al uso de abastecimiento de agua potable para consumo humano, según establece la Ley de Aguas. Los restantes usos son productivos, en los que el agua es un insumo más. La cuestión, que se plantea es: ¿qué costes económicos deben asumir los diferentes usos y qué subvenciones deben tener?


Las acciones encaminadas a optimizar la gestión de este recurso deben llevarse a cabo teniendo en cuenta la transversalidad del agua, en cuanto a que es agente básico tanto para el funcionamiento de los sistemas naturales, como para el abastecimiento de agua y alimentos a la población (en cantidad y calidad suficiente), el desarrollo socioeconómico, la producción de energía y la provisión de servicios culturales y de ocio a la sociedad actual y futura.


Por otra parte, el aseguramiento de la función ecológica, de soporte de ecosistemas y biodiversidad, no es fácil de resolver técnicamente, porque los regímenes de caudales ecológicos no están claros, ni son definibles, de forma precisa, en ríos regulados desde hace tantos años como los españoles. Tampoco la situación tiene nada que ver entre ríos como el Miño o el Segura, o las temporales ramblas mediterráneas.


En este marco se exponen, a continuación, las cuestiones más relevantes, a tener en consideración en relación con la gestión del agua, desde el enfoque ingenieril, aportando un breve análisis y algunas posibles soluciones.



1.- Abastecimiento.

La primera prioridad es asegurar el derecho al abastecimiento humano con agua de calidad, lo que conlleva proteger los derechos al acceso a un agua de calidad, cumpliendo la normativa vigente, tanto de las generaciones actuales como de las futuras. Esto implica el establecimiento de tarifas adecuadas y progresivas, por bloques. Hemos de decir que el agua no es cara en España: somos el cuarto país europeo con agua más barata; y hemos de añadir que las tarifas que se aplican actualmente, para el agua abastecida, no cubren todos los costes imputables a los servicios requeridos de los organismos de cuenca.


Las empresas del sector del agua, recaudan el coste del mantenimiento diario de la infraestructura existente, pero no el de su reposición, ni el de las obras necesarias a futuro. En paralelo, el consumidor cada vez exige un servicio de más calidad e información, y una atención inmediata (“on-line”). Y hay que añadir que aún existen muchas deficiencias en cuanto a depuración; por tanto, este es un nicho específico donde queda aún mucho por invertir.


Característica especial, del agua urbana, es que la responsabilidad de su abastecimiento depende del Ayuntamiento correspondiente. Esto genera no pocos problemas, desde la falta de inversión por incapacidad del municipio o sus gestores, hasta la necesidad de adoptar unas tarifas que cubran los costes. Es así necesario que los ayuntamientos incluyan, en sus presupuestos, las partidas correspondientes al ciclo completo del agua. 2


En este sentido hay que resaltar que muchas redes de abastecimiento y distribución se encuentran en deficiente estado, con pérdidas de flujo que aumentan el volumen destinado a consumo del agua de boca. Por ello, es imprescindible un adecuado mantenimiento y conservación de dichas redes, incluidas las de saneamiento.

En este marco es evidente la necesidad de mancomunarse, para realizar una gestión más lógica, eficiente y sostenible (económica y ambientalmente).

Por otra parte, es necesario implementar un sistema de información que cubra todos los niveles (estatal, autonómico y local), y que proporcione datos relativos a todos los usos del agua.


Aunque se están realizando grandes esfuerzos, las inversiones estatales, autonómicas y municipales previstas son insuficientes, por lo que es necesario aumentar la cooperación público-privada o recurrir a las Sociedades Estatales del Agua.



2.- Cambio climático.

Hay que avanzar en una estrategia coherente y trasversal, tanto de adaptación como de mitigación de los efectos del cambio climático. Especialmente en relación con los impactos de dicho cambio, derivados de fenómenos extremos (sequías e inundaciones), que podrían afectar a las aguas superficiales y subterráneas e inducir en ciertos casos contaminación puntual o difusa, o sobreexplotación de acuíferos, obligando al planteamiento de medidas de contención de la demanda, y de fortalecimiento de los ecosistemas para reducir su vulnerabilidad.



3.- Regímenes de caudales ecológicos.

Hay que plantear, con carácter general, las estrategias para el cumplimiento de las sentencias del Tribunal Supremo referentes a la Demarcación Hidrográfica del Tajo que exigirían la identificación, cuantificación e implementación de todos los componentes de los caudales ecológicos en las masas de agua, determinándolos por metodologías objetivas, teniendo en consideración los impactos del cambio climático.


Incrementar la disponibilidad de agua se puede favorecer con la implantación de los programas de medidas de los planes de las demarcaciones hidrográficas, al amparo de la “Estrategia nacional de infraestructura verde y de la conectividad y restauración ecológica”, y aprovechando las oportunidades que, sin duda, brindará el impulso previsto de la “Estrategia nacional de restauración de ríos”.