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  • IIE

La necesidad de una agencia espacial española.

  • Los ingenieros reclaman su creación para coordinar los esfuerzos de una industria con mucho músculo, pero con poco apoyo institucional.

«Houston… aquí base Tranquilidad, el Águila ha alunizado» pronunció Neil Armstrong el 20 de julio de 1969 desde la Luna. Era sábado, las 21.18 horas en España. Un dato importante porque esas históricas palabras se escucharon por primera vez aquí, concretamente en la base madrileña de Fresnedillas de Oliva, minutos antes que en los cuarteles generales de la NASA en Houston. En ese momento, la agencia espacial estadounidense reclutó a dos decenas de trabajadores españoles para dar apoyo a la increíble gesta de conquistar otro mundo. Desde entonces, el número de ingenieros y científicos patrios, además de empresas aeroespaciales, no ha dejado de crecer. Y ahora son ellos los que reclaman la creación de una agencia espacial española que coordine todo el trabajo que se lleva a cabo desde nuestro territorio y que, ciertamente, no es poco.


«No se trata tanto de dinero, sino más de organización y apoyo para que España no pierda la oportunidad», afirma Isabel Vera Trallero, presidenta del Comité del Espacio del Instituto de Ingeniería de España (IIE). «Estamos ante la segunda carrera espacial y España no puede quedarse atrás», apunta Elisa Celia González Ferreiro, su homóloga en la Asociación Española de Derecho Aeronáutico y Espacial (AEDAE). Ambas organizaciones acaban de coordinar el I Congreso Jurídico Espacial para elevar una reivindicación vigente desde hace años, desde el momento en el que el espacio empezó convertirse en un nicho comercial y científico abierto también a la iniciativa privada, más allá de la Guerra Fría y la política que lo impulsó durante los años 60 y 70.


Beneficios públicos y privados

La reclamación tiene dos vertientes. Por un lado, piden una ley del espacio propia que gestione temas como los lanzamientos desde suelo español. Ahora mismo, solo pueden despegar misiones desde el Centro de Experimentación de El Arenosillo (Huelva), regido por el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), dependiente del Ministerio de Defensa. «No tenemos una ley de operadores privados que otorgue licencias, no solo a empresas españolas, sino también a compañías de otros países que quieran lanzar sus cohetes desde aquí. Todo esto generaría muchos empleos y sería beneficioso para todo el conjunto de la sociedad», afirma González Ferreiro.


De ella podrían sacar provecho iniciativas privadas como PLD Space, la empresa que acaba de construir el primer cohete 100% español y que planea enviar todo tipo de cargas de hasta 100 kilos de peso a la órbita terrestre (y que comienza sus primeras pruebas el próximo año). También Zero 2 Infinity, una firma española que ya envía sus globos desde la base de El Arenosillo para elevar satélites, pero que también ha puesto su mira en el emergente campo del turismo espacial. Y otras propuestas incipientes relacionadas con la minería de asteroides, la agricultura espacial o la energía solar más allá de nuestro suelo que están probando su tecnología.


Pero no solo la iniciativa privada sacaría tajada. Los ingenieros piden una estrategia espacial española que, entre otras funciones, sirva de 'puente' entre los grupos de investigación de las universidades españolas y los grandes proyectos espaciales en marcha, como los de la NASA o los de la Agencia Espacial Europea (ESA). «España podría participar con más fuerza en misiones espaciales de gran calado, creando nuevas zonas de ensayos o impulsando nuevos proyectos», afirma Vera Trallero, quien incide en la calidad del trabajo de los ingenieros españoles, que han participado en misiones tan importantes como Solar Orbiter - dos equipos españoles dirigen dos de los instrumentos más importantes de la sonda, cuyo objetivo es desentrañar los misterios de nuestra estrella, el Sol-, BepiColombo -que se encuentra de camino a Mercurio- o las próximas PLATO -para buscar exoplanetas- y ATHENA -un avanzado telescopio espacial de rayos X-. «España es capaz de hacer cualquier cosa, pero nuestros ingenieros se han marchado a otros países porque necesitan vivir. Necesitamos un organismo que dé continuidad a los proyectos e incluso que recupere a esos 'cerebros fugados' dándoles garantías», insiste.


Los movimientos políticos

La idea de crear una agencia espacial española es algo que planea desde hace tiempo en los estamentos políticos. El último (y sorprendente) capítulo fue el anuncio el pasado mes de mayo del entonces jefe de Gabinete de Pedro Sánchez, Iván Redondo, quien afirmó durante su intervención en la Comisión Mixta de Seguridad Nacional que su equipo fundaría dicho organismo. Algo que pilló por sorpresa al sector aeroespacial, más aún después de que el ya también exministro de Ciencia, Pedro Duque, hubiera descartado esa posibilidad con anterioridad.


«Después llegaron los cambios y todo quedó un poco en el aire», afirma Vera Trallero refiriéndose a la 'purga' que Sánchez llevó a cabo el pasado mes de julio, y que afectó tanto a Redondo como a Duque. Desde entonces, nada nuevo se ha dicho al respecto, hasta el encuentro virtual Space & Industrial Economy 5.0 Sevilla Virtual Summit del pasado jueves, en el que en la conferencia inaugural Sánchez recordaba su «intención de crear la agencia espacial española que coordinará la actividad tanto desde el punto de vista del desarrollo tecnológico como del de los grupos de usuarios en distintos ámbitos».


En teoría, en breve el Consejo de Ministros aprobará la cuarta Estrategia de Seguridad Nacional, en la que se abrirá la puerta a la creación de este organismo. Pero, de momento, no ha habido conversaciones con los actores implicados, a semejanza de lo que ya ocurrió con la nueva Ley de Ciencia. «Al I Congreso Jurídico Espacial no acudieron ni representantes del PSOE ni de Unidas Podemos, pero sí de PP, Ciudadanos y Vox. Y estos últimos nos han manifestado su apoyo en nuestras reivindicaciones. El PP está plenamente convencido y así nos lo ha transmitido durante el encuentro y después», señala González Ferreiro.


El marketing espacial

Más allá de la esfera política, tanto González Ferreiro como Vera Trallero coinciden en que existe un amplio desconocimiento de la sociedad de a pie del sector aeroespacial en general y del estatal en particular. «Creo que nos vendemos muy mal y es importante que la gente sepa qué hacemos y que se ilusione con estos proyectos», afirma la presidenta del Comité del Espacio del IEE. «Es fundamental que la gente entienda que esas coordenadas que le da el GPS llegan directamente desde un satélite en órbita». González Ferreiro está de acuerdo: «Muchas de las cosas que utilizamos habitualmente, como los móviles, llegan a nuestras manos después de muchos experimentos llevados a cabo por misiones espaciales. Todos, incluidos los medios de comunicación, tenemos que hacer un esfuerzo por combatir este problema de desinformación brutal». Y ambas están de acuerdo en que la creación de una agencia espacial propia sería un excelente primer paso para paliar este problema, además de para poner el nombre de España en el espacio que se merece.

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