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  • IIE - Transportes + Infraestructuras

El vehículo Autónomo

Artículo de José María Pérez Revenga y Aniceto Zaragoza


Últimamente se viene debatiendo sobre el “combustible” que deben utilizar los vehículos del modo carretero, al objeto de poder tener una calidad del aire óptima incluso en los entornos urbanos y contribuir a la lucha contra el Cambio Climático.


Este debate que, ni mucho menos se termina con si el vehículo ha de ser eléctrico, híbrido o con pila de hidrógeno, se mezcla con otro debate paralelo que es del vehículo autónomo.


Es de este último del que queremos dar una serie de comentarios a raíz del artículo que el diario El Español publicó el pasado día 27 del pasado mes de marzo en el entorno del FORO EL ESPAÑOL SMART MOBILITY y cuyo título es “LOS RETOS DE FUTURO DEL COCHE AUTÓNOMO: FORMACIÓN, REGULACIÓN Y SINERGIAS”.


Antes de continuar damos el siguiente resumen de este para poder luego centrarnos en nuestra opinión como miembros de los comités de Transportes e infraestructuras del Instituto de Ingeniería de España.


El citado artículo se desarrolla dentro del Ciclo Smart Mobility: tecnología y futuro del vehículo conectado junto a la Fundación PONS, SICE, Porsche y Help Flash.


En el texto se menciona que determinadas empresas, investigadores y administraciones coinciden en que “faltan pasos por recorrer y estos deben llevar hacia formación y regulación, sin olvidar la colaboración entre todos los agentes implicados”.


Se indica por parte de D Francisco Moya, gerente de medio ambiente y movilidad de SICE, que la compañía que representa “lleva años trabajando en la movilidad inteligente” y que ya se han desarrollado “pruebas reales de vehículo conectado” pero para llegar hasta el “nivel 5”, es decir, el del coche totalmente autónomo, “hay retos de estandarización, hacen falta protocolos de comunicación, los operadores tienen que estar igual de alienados y los fabricantes de infraestructura vial también tienen que moverse hacia la estandarización”.


Otro de los intervinientes, D. Jorge Costas, CEO y fundador de Netun Solutions, coincide en que el retraso de la llegada del coche autónomo se debe a las “lentitudes tecnológicas”, si bien considera que el verdadero problema es que “no puede haber cinco vehículos autónomos en un parque de 100 vehículos”.


El director de la Unidad de Sistemas Inteligentes en Vehículos del Instituto Universitario de Investigación del Automóvil (INSIA), D. Felipe Jiménez Alonso, resume que “es muy peligroso cuando no tienes la cultura de ese tipo de vehículos”. El catedrático también ve como algo lejano el coche autónomo, ya que “nos da miedo montarnos en un coche autoconducido, y ya no hablemos de un avión sin piloto”.


A continuación se comenta el tema de la formación y regulación, en la que intervienen en primer lugar la subdirectora adjunta de vehículos de la Dirección General de Tráfico (DGT), Dª. Susana Gómez Garrido, que explica que “la tecnología ya está disponible, lo que falta es el componente humano”, en lo que coincide Dª. Marta Fernández de la Vega, de Made in Mobile, en representación de Porsche Ibérica y que considera que “falta evangelización y formación en cómo tenemos que ser en una ciudad donde los coches conduzcan solos”.


La subdirectora adjunta de la DGT critica que no exista una hoja de ruta y reclama que “el Gobierno cree una secretaría de estado” para avanzar en temas de movilidad inteligente. Para Dª. Marta Fernández de la Vega es necesario que “que igual que Porsche y otras marcas se aproximan a las start-ups, el resto de actores del ecosistema deben hablar y colaborar más”.


En palabras del Director del INSIA “hay que crear cultura e ir paso a paso para que el conductor tome conciencia de que esos sistemas le quitan tareas en la conducción y no le van a matar” y por parte del gerente de medioambiente y movilidad de SICE se señala que “todo este nivel tecnológico tiene que ir acompañado de una normativa que permita su desarrollo”.


“Se ha iniciado un camino en el que no hay retorno”.


Como resumen de todo ello se puede decir que:


  • El vehículo autónomo está todavía algo lejos de ser una realidad, entre otras causas por no estar las ciudades ni las vías preparadas; hay que remodelarlas o rehacerlas.


  • Que se ha de seguir avanzando en el desarrollo tecnológico de estos vehículos, como colaboración entre todos los actores que intervienen en un avance de este tipo (empresas, investigadores y administración).


  • Que es importante concienciar al ciudadano y culturalizarle en las características de ese tipo de vehículos y darle a entender que no le pasa nada peor de lo que ahora existe.


  • Que ha de existir una formación y una regulación por parte del Estado y que el mismo se involucre. Que exista una hoja de ruta.


  • Que se desarrolle una normativa que regule “ad hoc” la utilización de estos vehículos y su infraestructura.


Hasta aquí los comentarios y un pequeño resumen del artículo editado por El Español, para pasar a continuación a dar nuestra opinión o pensamiento sobre el tema de la conducción autónoma o del vehículo autónomo.


Verdaderamente, la tecnología inteligente ha avanzado en los últimos años de forma exponencial y con ella se facilitan la comunicación y la mejora del bienestar en todo tipo de actividades. Además, como no podía ser menos, con aquella se pretende conseguir una mayor sostenibilidad medioambiental y especialmente avances definitivos en la lucha contra el cambio climático. No obstante, no debemos olvidar que no solo contaminan los vehículos y que existen otras fuentes relevantes de emisiones.


El tema de la conducción autonómica debemos dividirla en dos campos, uno es el propio vehículo y el otro la infraestructura, ambos están en las primeras fases de desarrollo, sobre todo el del vehículo, ya que sobre la infraestructura hay poco o nada avanzado todavía.


Sobre el vehículo podemos indicar que, aunque todavía existe un largo camino, su desarrollo está bastante encauzado y de manera progresiva iremos viendo vehículos de niveles 2 y 3 en el corto plazo, aunque los niveles 4 y 5 (de autonomía total) todavía tendremos que esperar algunos años. En cualquier caso, el horizonte que se nos abre es el de cambios incrementales y un largo periodo de cohabitación de vehículos que poseerán tecnologías muy diversas.


Ello quiere decir que el desarrollo de los sistemas no son aún lo suficientemente fiables como para poder poner en funcionamiento dicho tipo de vehículo de manera comercial puesto que la seguridad y la operatividad aún no están totalmente desarrolladas como para su utilización generalizada. De todas formas, cada día encontramos más aplicaciones comerciales en funcionamiento y otras en el proceso de pruebas de campo.


Por otro lado el trabajo normativo que se ha de desarrollar para que dichos vehículos puedan circular de acuerdo a unas reglas y a unos protocolos que minimicen y en algunos casos eviten que los accidentes o incidencias tengan consecuencias nefastas para los ciudadanos -ocupen el vehículo o no- es ingente y exigirá de una visión integradora de todos los agentes.


Para ello, esta normativa se ha de redactar no solo por parte de las Administraciones responsables de los vehículos y del tráfico conjuntamente, sino que se debe involucrar en su redacción a todos los actores que han definido el vehículo, a los responsables de las infraestructuras y a los ciudadanos que han de utilizarlos, al objeto de regular su circulación.


Otro tema importante es la formación que se ha de dar al ciudadano que utilice este tipo de vehículo, que debe ser lo más sencilla, pero lo más completa posible, aunando la facilidad de entendimiento, al objeto de que los ciudadanos incluso los peatones, tomen conciencia de lo que es un vehículo autónomo, como funciona y los posibles problemas con los que se puede encontrar y la claridad de mensajes sobre cuándo o en que momento pueden o no hacerse cargo de la conducción del vehículo. Esta formación debería ser impartida de tal forma que se asegure la mayor cobertura social posible y necesitará contar obligatoriamente con la colaboración de todos los actores implicados en esta revolución de la movilidad.


El otro campo sobre el que no se habla en general es el de como debe ser la infraestructura por donde circulen estos vehículos, ya que no puede ser la que actualmente existe. Muchos motivos nos conducen a esta conclusión (modificaciones en las normas de trazado, modificaciones en secciones transversales, parámetros de seguridad,…), pero quizás sea más sencillo recurrir a la analogía ferroviaria, donde efectivamente los vehículos pueden ir sin conductor gracias a que las “plataformas de seguridad” son diferentes a las convencionales.


En cuanto a los trazados estos cuanto menos sinuosos sean y menos obstáculos tengan la circulación de los vehículos autónomos serán más eficientes y su funcionamiento más eficaz. Igualmente la señalización vial ha de cambiarse y la misma deberá situarse en la capa de rodadura o en los bordes de la misma de forma que exista un sistema de lectura o de comunicación, por parte de los vehículos, de la señalización que se disponga en cruces, intersecciones, entradas en túneles y en general en aquellos puntos en que sea necesario.


Otra de la problemática a tener en cuenta es el de la operación y así como gestionar el adelantamiento de los vehículos, las operaciones de platooning (o conducción en caravana)… cuestiones que tendrán que ser resueltas bajo un prisma de normas generales que minimicen las interferencias o incidencias en el tráfico.


Como podemos ver todavía queda mucho recorrido para poder hablar en serio de la circulación autónoma considerando que le quedan al menos diez años de desarrollo tecnológico entre vehículo e infraestructura y un periodo muchos más largo de generalización en el transporte por carretera. Pero diez años pasan pronto y el futuro ya está aquí.



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